El 31 de enero de 1980, un grupo de campesinos, acompañados por pobladores, estudiantes, obreros y cristianos, ocupó de manera pacífica la embajada de España. El objetivo de esta acción era denunciar la represión y persecución que sus comunidades estaban viviendo en aquellos años. Frente a tal suceso, el estado decidió asaltar la embajada y quemar vivos a sus ocupantes. 32 años después, la asociación Comunicarte hace memoria a través de un foto-reportaje.